Trashumancia y naturaleza

Sistemas Comunales

TRIBUNA: Los sistemas comunales, fuente de soluciones frente a la despoblación o el cambio climático

Concha Salguero para @CDOverde de @efeverde.- Los sistemas comunales pueden volver a desempeñar hoy en día un papel clave a la hora de aportar soluciones a graves crisis como la despoblación o el cambio climático. Es por ello que en el año 2015 surge la Red de Tierras Comunales de Europa, Norte de África y Oriente Medio (Common Lands Network en inglés) con el objetivo de reivindicar el reconocimiento del concepto “comunal” como un valor a promover. 

Los comunales son sistemas de gobernanza ancestrales que tradicionalmente han gestionado de forma colectiva recursos naturales como el agua, los pastos y bosques o la caza y la pesca para garantizar la supervivencia de la comunidad en el tiempo. Sin embargo, este tipo de gestión colectiva, muy común en el pasado en multitud de culturas y territorios, es desconocido e invisible para la mayoría de la población actual.

Los comunales constituyen, además, verdaderos reservorios de biodiversidad gracias a las prácticas agrarias de baja intensidad que se han practicado en ellos durante siglos, y que las constituye en lo que en la UE se conoce como Sistemas Agrarios de Alto Valor Natural (SAVN), un concepto que debería desempeñar un papel clave en la nueva PAC. Así, no es infrecuente que zonas gestionadas de forma comunal sean también SAVN, por lo que promover el apoyo de estos por la PAC redundará en beneficio de aquellos, ayudando, además, a cumplir con las obligaciones medioambientales, sociales y climáticas a que está obligada la política agraria europea.

La Comisión Europea reconoce el concepto de “tierra comunal” y lo define como “tierra que no pertenece directamente a ninguna explotación agraria pero en la que se aplican derechos comunales”. Incluso existen algunos datos que muestran la superficie aproximada de tierra comunal agraria reconocida en la UE que se distribuye al menos por 14 Estados miembro, donde más de la mitad del total se encuentra en solo tres países: España (18%), Rumanía (17%) y Grecia (16%) seguidos por Reino Unido (13%). Estos cuatro Estados miembro cubren el 64% del territorio comunal agrario identificado en la UE. Estos datos no incluyen áreas forestales o marinas, que incrementarían significativamente el total de la superficie comunal. Además, las autoridades agrarias de la EU reconocen que la tierra comunal forma parte de la “superficie agraria útil” (‘SAU’), y por ello puede ser objeto de aplicación de la política agraria. Así que es importante seguir trabajando para la revitalización y visibilización del comunal y el papel que puede cumplir en el sistema productivo y alimentario que queremos en Europa.

Por otra parte, además de albergar valores naturales y productivos, los sistemas comunales contienen un amplio y singular repositorio de sistemas de gobernanza e instituciones, de recursos de prácticas de manejo tradicionales y de cultura local. Los comunales se originaron para servir a las comunidades locales a través de un acercamiento integrado y colectivo en la gestión de los recursos naturales de los que dependían. Esta perspectiva tiene mucho que ofrecer al resto de la sociedad europea ya que se reconoce cada vez más la mayor eficiencia de aplicar un enfoque colectivo respecto a la implementación individual. De hecho en 2011, el Tribunal de Cuentas Europeo animó a promover enfoques colaborativos para la gestión del territorio en temas ambientales afirmando que “una forma de asegurar que un número suficiente de agricultores produce los beneficios ambientales necesarios es a través de los enfoques colectivos”. Así que los comunales representan una oportunidad idónea para desarrollar estas fórmulas colectivas que sí que se contemplan en la PAC, aunque han sido muy poco utilizadas como, por ejemplo, la gestión colectiva de medidas agroambientales que se ha implementado en los Países Bajos, la custodia del territorio o los contratos territoriales que podrían ajustarse muy bien a estos enfoques, y donde los comunales serían espacios test idóneos. En la nueva PAC habrá toda una línea de ayudas sobre “cooperación” en la que, si existiera la voluntad de hacerlo, podrían tener cabida todas estas fórmulas, algo en lo que hay que seguir trabajando.

La única forma de superar la crisis ambiental, económica y social a que nos enfrentamos es a través de la cooperación y de la búsqueda de soluciones del bien común. El sistema agrario industrial porque el hemos optado en el último siglo, basado en la ventaja individual y el cortoplacismo, está mostrando su inviabilidad e incompatibilidad con la vida y la salud de las personas y del planeta. Parece que un cambio de paradigma está teniendo lugar y el camino por donde canalizar esos cambios también parece claro. Los sistemas comunales están ya en posición ventajosa al ser capaces de producir lo que la sociedad demanda de forma creciente. Ajustar la PAC a estas nuevas circunstancias y afinar sus medidas para sintonizar con la realidad es, sin lugar a dudas, un próximo paso necesario en este proceso de construcción colectiva.

En este sentido, la Plataforma Common Lands cumple un papel fundamental a la hora de visibilizar la existencia de los sistemas comunales, de su recuperación y de ese nuevo rol que vuelven a tener en la historia de la humanidad como herramienta útil para resolver retos a los que nos enfrentamos hoy día. La Plataforma muestra, además, que los comunales no son algo anecdótico sino que existen en multitud de países y que en el pasado era una forma generalizada de gestión.

Es fundamental empezar a crear redes transfronterizas que les confieran fortaleza y ayuden a la difusión de las ventajas y beneficios de los sistemas comunales para integrarlos en políticas varias, entre ellas la PAC. Y, sobre todo, aprender de ellos y del mensaje que nos transmite la sabiduría acumulada por nuestros antepasados para resolver nuestro futuro.


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